Por qué Taylor Swift es tu escritora favorita

UN TEXTO SOBRE Fangirls, diarios íntimos y hermosas historias

I've heard every album, listened to the radio

Waited for somethin' to come along

That was as good as our song

—Taylor Swift

La fecha más esperada del año está aquí, hemos llegado a la semana del The Eras Tour en Ciudad de México. Habrás visto o escuchado algo sobre los friendship braceletes, las eras, los disfraces y las regrabaciones entre otras miles de cosas que conforman una lengua de símbolos para los iniciados en Taylor Swift. Aunque a simple vista parezca que su éxito venga de dedicarse al pop, en realidad es un poco más complejo.

Existe una serie de cosas que una mujer debe tener para ser una estrella pop (como la cabellera rubia, al menos en alguna de sus eras), pero Taylor Swift, que sin duda es Barbie hegemónica, desafía un par de esas haciendo que su marca mantenga el perfil de la que fue en la adolescencia. Es por eso que, a pesar de tener uno de los tours más grandes de los últimos tiempos, la vemos bailar y hacer el tonto como si fuera Jenna haciendo una pijamada en 13 going on 30. Si bien para muchos puede parecer dramática, sosa incluso, infantil mucho tiene qué ver con que Taylor comenzó su carrera escribiendo canciones en su cuarto cuando era una adolescente. ¿Y qué adolescente no es, al menos, una de esas tres cosas?

Podemos decir que cada una de las voces pop tiene su especialidad; Beyonce y Madonna pueden bailar increíble; Lady Gaga tiene grandes conceptos; Adele, una voz hermosa y Taylor Swift es una gran escritora. Taylor escribía sobre sus amigas y amigos, sobre lo que les ocurría en la secundaria y así fue como logró lanzar su álbum Taylor Swift, que ahora podría parecer ajeno a la imagen que tenemos de ella: entonces usaba botas vaqueras y su voz aún tenía ese tono chillón de la juventud, pero ya en sus letras se vislumbraba una serie de motivos, búsquedas, estructuras y sensibilidad que hoy la caracterizan. Claro, eran canciones sobre crushes y desamor, dos temas que siguen siendo parte de su marca de autora. Creo que su logro más grande es que no a una, sino a varias generaciones de mujeres, nos ha hecho sentir que importan nuestras experiencias, sentimientos, que eso que escribimos en nuestros diarios de adolescentes importan. Por eso no sorprende que a muchos les parezca una figura insoportable, porque Taylor Swift representa, igual que Barbie, la experiencia femenina, sobre todo de las mujeres estadounidenses y de la cual, que gracias a Hollywood, conocemos en buena parte.

It’s nice to have a friend

Conocí a Taylor cuando aún estaba en primaria, recuerdo que en Disney Channel pasaban los videos de Love Story y You Belong With Me, del álbum Fearless. Era 2009, yo tenía unos 14 años, nunca había tenido novio pero todas las noches imaginaba cómo sería estar enamorada y ser correspondida. Las canciones de Taylor alimentaban mis fantasías, me enseñaron cuál era la manera correcta de enamorarse de alguien. En 2021, cuando sacó la Taylor’s Version, es decir, la regrabación del mismo álbum con algunas canciones nunca antes escuchadas, la Ximena de 25 pensaba en la niña de una década atrás y cantaba “Romeo take me somewhere we could be alone” con un rostro y un nombre en mente que ya no era el de alguna Superstar como cuando iba a la secundaria, pero con la misma ilusión e inocencia (porque en el amor siempre se es inocente).

Cuando iba a la prepa, confieso que me salté un poquito la era de Speak Now y estaba obsesionada con Red, el álbum de desamor perfecto y que ahora conocemos en el fandom como la obra maestra para disfrutar en otoño y sentirse un poquito triste. Creo que no hubiese podido superar tan grácilmente un par de rupturas si no hubiese tenido los versos de We are never getting back together o Trouble para gritarlos cuando estaba sola en mi casa y podía “cantar” a todo pulmón. Y no sólo eso. Fuera por una u otra cosa, Taylor me enseñó a soñar, a imaginarme las posibilidades que da estar viva, ha sido como una hermana mayor que señala el camino correcto, pero que también te da consejos para cruzar el equivocado. Cuando escuchaba Begin again no pensaba del todo en la esperanza que da, pero sí en las calles de París, en pequeños cafés, en si sería posible andar por el mundo igual que Taylor pasea en su bici en ese video. Y hasta hace un año pude escucharla y experimentar lo mismo.

En la universidad, no podía dejar de estar al pendiente de las fotos que salían de la era 1989 y cuando cumplí 23 y perdí todo lo que una puede perder a esa edad, Reputation y Lover estaban ahí para llorar, enojarme o no sentirme sola. Durante toda su carrera Taylor ha sido pintada como una mujer insoportable, que se enoja demasiado con aquellos que le faltan el respeto. Seguido pienso en cuántos referentes tenemos de furia femenina: no hay muchos. Y sin embargo, Taylor desde muy chiquita, desde que le tiraba indirectas muy directas a Joe Jonas por cortar con ella del peor modo posible, nos enseñó que está bien ser mujer y estar enojada, incomodar a otros, no quedarse callada por pequeño o grande que sea lo que nos haya hecho mal.

En 2020, Taylor nos sorprendió con dos álbumes que salieron casi de la nada: Folklore y Evermore. Incubados durante la cuarentena por COVID-19, como Boccaccio hizo siglos atrás, Taylor se puso a escribir un montón de historias que se pueden conectar entre ellas y como un juglar moderno nos las cantó. Estos dos álbumes partieron de un impulso vital y se convirtieron en el punto más alto y maduro de la escritura de Swift. Fueron un éxito más allá de su fandom porque es una escritora que sabe interpretar su tiempo y las necesidades narrativas que tenemos hoy; sobre todo porque supo que, igual que ella, necesitábamos algo a que aferrarnos y eso fueron sus historias y lo han sido siempre: un salvavidas.

Long live: el fin de una década y el inicio de una era

Cuando Taylor anunció que regrabaría sus álbumes, luego de que Scooter Braun vendiera sus masters, los derechos de su propia obra sin avisarle, no pensé que esas nuevas versiones fueran a resultar en algo tan significativo; en parte por desconocimiento del medio, en parte porque nadie esperaba que se convirtieran en lo que son hoy. Hace un par de meses Taylor recibió el Doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad de Nueva York como reconocimiento de su lucha por los derechos de los artistas. Para mí esto ha sido una lección sobre reconocer el esfuerzo que implica la creación de cualquier obra y sobre la importancia de revisar nuestro propio trabajo. Pero más allá de lo que me ha enseñado como artista, ha sido un viaje reconciliatorio con mi propia experiencia femenina.

En una carta para defender a su mejor amiga, Selena Gómez decía que no había respeto por las palabras que escribió Taylor a los 14 años en su habitación, en su diario. ¿Qué sería de un mundo que no respeta las palabras, las ideas y los sentimientos de las mujeres jóvenes que un día lo moverán? Es por eso que las canciones de Taylor siempre han sido y serán importantes, porque nos enseñó que no importaba qué tan jóvenes fuéramos, podíamos escribir y llegar lejos con esos pequeños cuadernos llenos de historias fantásticas.

Después del lanzamiento de Midnights, su décimo álbum de estudio, Taylor anunció The Eras Tour: una gira con fechas internacionales que celebra sus más de 15 años de carrera y a todas esas canciones que queremos escuchar otra vez. Y que nos enseña que todos esos pequeños proyectos han sido cruciales en nuestro crecimiento.

La escritura de Taylor Swift versa continuamente sobre crecer, la nostalgia, el duelo, la depresión, la violencia patriarcal, temas centrales para los jóvenes de nuestros días, por ello no considero descabellado considerar a Swift como una escritora digna de su tiempo. Creo que Taylor Swift nos demuestra algo que, por desprecio al género, muchos no creyeron posible: que el pop va más allá de hits que se reproducen ad infinitum en nuestras cabezas, que lo que siempre nos moverá son las historias y que las cantantes pop pueden ser tan brillantes como Shakespeare.

Ximena Chávez

(México, 1995) Estudié Lengua y Literaturas Hispánicas en la FFyL, UNAM. Escribo sobre cine en Girls at films, también me gusta hacer cuentos. Cuando no estoy escribiendo, soy beauty blogger. Fan de los k-dramas.

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